sábado, 15 de mayo de 2010

Intérpretes y cantantes exiliados durante la dictadura

LOS OLIMAREÑOS

Grupo de canto popular uruguayo formado inicialmente por Pepe Guerra, Braulio López y Waldemar Sasías (quien en 1962 abandonó la formación); originario de la ciudad de Treinta y tres, que se encuentra a las orillas del río Olimar (de allí su nombre). La letras de sus canciones, en su mayoría hijas de la pluma de los poetas Ruben Lena y Víctor Lima, planteaban los intereses, preocupaciones y sentires de las personas comunes, los trabajadores, así como las situaciones cotidianas del medio rural. En los años sesenta, fueron parte del primer movimiento del canto popular uruguayo, junto a Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, José Carbajal, Numa Moraes, entre otros.


DANIEL VIGLIETTI

Es uno de los mayores exponentes del canto popular de Uruguay. Su obra adquiere un carácter radical de fuerte contenido social y de izquierda con letras asociadas a las luchas populares en Uruguay y Latinoamérica. En el marco de represión de los movimientos de izquierda que precedió al golpe de estado cívico-militar de 1973, Viglietti es detenido en 1972. La campaña por su liberación desde el exterior fue encabezada por nombres como Jean Paul Sartre, François Mitterrand y Julio Cortázar. En 1973 se exilia en Argentina, y posteriormente en Francia, donde vivió por 11 años. Durante el exilio recorre en giras musicales Europa, Latinoamérica, África y Australia, llevando su canto y denunciando a la dictadura uruguaya. Regresa a Montevideo en 1984. Desde entonces edita y reedita numerosos trabajos entre los que se destaca, en particular, el titulado A dos voces con Mario Benedetti en 1985, reflejo discográfico de numerosos recitales realizados junto al gran poeta uruguayo durante el exilio compartido por ambos.

ALFREDO ZITARROSA

Es considerado como una de las figuras más destacadas de la música popular de su país y de toda Latinoamérica. Hijo natural de Jesusa Blanca Nieve Iribarne, es anotado como Alfredo Iribarne. A poco de nacer, su madre lo "dio a criar" al matrimonio compuesto por Carlos Durán y Doraisella Carbajal, pasando a ser Alfredo "Pocho" Durán. En la adolescencia, vuelve a vivir con su madre natural y el esposo de esta, Alfredo Nicolás Zitarrosa, quien le dio su apellido definitivo. Debutó profesionalmente como cantor en 1964, en Perú. Zitarrosa relata así su experiencia: "No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de TV, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos…"

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